Wangari Maathai
Con tantas noticias descorazonadoras que nos llegan de este continente, ésta parece haber pasado sin pena ni gloria entre tantos titulares de sangre y hambre.
Este año el Nobel de la Paz se lo han concedido a Wangari Maathai, una gran desconocida para el 99,9% del planeta. Esta noticia me llamó la atención por varios aspectos: que fuera mujer, que fuera africana y que entre los motivos por los que le concedían el Nobel estaba su defensa del medioambiente.
No voy a revelar nada nuevo si afirmo que África es la gran olvidada. Caótica y retrasada en muchísimos aspectos, dejada de la mano del resto del planeta que la ha exprimido hasta la nausea y que ahora mira hacia otro lado y le cierra sus fronteras. Por eso casos como el de esta señora son dignos de admiración, elogio y reflexión.
Aquí podéis conocer, resumidas, las luchas de Wangari Maathai a lo largo de sus 64 años de vida.
Cabe destacar, desde mi punto de vista, que su defensa del medio ambiente, no solo en su Kenia natal, sino en toda África, ha estado ligada a la lucha por los derechos civiles de las mujeres y a hacerlas personas independientes económicamente mediante su proyecto “The Green Belt Movement”. Wangari Maathai entendió perfectamente la relación que había entre la mejora de la calidad de vida del pueblo africano y la no esquilmación y cuidado de sus recursos.
Hacer que el cuidado del medio ambiente sea “rentable”, genere puestos de trabajo y dignifique a las personas es rizar el rizo aquí en España y en general en el “primer mundo”. Imaginaos en África.
Bueno, pues no se vosotros, pero yo ya tengo otra heroína más en mi particular olimpo de los dioses.
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