El sendero de lo absurdo

Por Abeljandro

Si el sendero llegaría hasta el final no lo tenía nada de claro, pero la parte recorrida, todo lo que quedaba a mi espalda, era obvio que no volvería a pisar.
-En mi TIERRA, es decir, la tuya , no tenemos teleféricos, no hay metro, ni…
-Ya, pero he visto algo que no tiene nadie.
-No te creo.
-Alguna vez te convencerás.
-Pero si no tenemos ni un PARQUE TEMÁTICO.
-Tienes razón, así no se puede ir a ninguna parte, regresemos.
-Imposible ya.
-Es una pena.
Por fortuna, un tramo del sendero discurría junto a una playa.
-¡Mira un despacho!
-Eso sí, despachos si tenemos.
-Que no hombre, que te digo que hay un despacho en la playa.
-¡Lo que faltaba!
-Tuya es la culpa.
-Y tuya, anda este.
-¿Has oído eso?
-Si viene de atrás, escucha.
“ES DE TODOS”
-Esa voz no me parece nada tranquilizadora, creí que estábamos solos.
-Pues ya ves que no.
Por fortuna el sendero cruzaba una montaña sin pinos.
-¡Mira allí hay alguien!
-Déjalo está descansando.
-Acerquémonos. Parece que nos hace señales.
-¿Son ustedes los del permiso?
-Permiso para qué.
-Para plantar pinos.
-¡Pues plante todos los que quiera hombre! Pero se me antoja que lo que lleva no son pinos.
-Me habían dicho que sí lo eran, pero ya veo que son ladrillos.
-Mira que somos “remataos”y encima nos pedirá que le ayudemos a colocarlos.
-Yo los pongo y se acabó.
-¡Qué PAIS!
Por fortuna junto al sendero crecían amapolas.
-¡Qué maravillosa es la Naturaleza! ¡Amapolas!
-¡Pero si no huelen, “pirao”!
-Entonces para qué las protegen.
-Porque luego las cortan y adornan los despachos.
-Ya me extrañaba tanto derroche de energía por protegerlas.
-Aún así les costó.
-Que jodidos.
-Mira, ¿qué te parece si nos tumbamos y descansamos?
-No, porque chafaremos las amapolas.
-Que poco “carburas” pues no ves que luego las cortan.
-Aún así, no las chafo.
-El Quijote te dejó así, no deberías haberlo leído.
-Ya. No obstante te aconsejo que lo leas.
-¿Y qué es lo que tiene mi TIERRA que ya no tienen los demás?
-¡AMAPOLAS!


Parafraseando al escritor
Abeljandro soy yo mismo en mis mejores momentos.