Agua

"El agua resulta esencial para el desarrollo y el bienestar de los pueblos. Pero, todavía hoy, ya en el siglo XXI, más de 2.600 millones de personas, un 40% de la población mundial, no tienen acceso a sistemas de saneamiento elemental y más de 1.100 millones de personas no tienen acceso a un suministro seguro de agua. En un planeta que ha alcanzado en febrero de 2005 los 6.500 millones de habitantes, el agua potable es un lujo fuera del alcance de uno de cada seis habitantes.

Los continentes tienen una vez más distintas cartas en este asunto. Las injusticias no se reparten de igual forma. Para Europa, América del Norte y Oceanía las cifras no son significativas. Sin embargo, el porcentaje de personas en América Latina y el Caribe que no tienen acceso al agua es aproximadamente 15%; en Asia 20% y 40% en África. Los déficits en saneamiento para estas regiones son, respectivamente, 20%, 50% y 40%. Además, debemos de recordar que la población crecerá durante los próximos 25 años y, en particular, se espera que la población urbana de África y de Asia se duplique.

Estas cifras tienen consecuencias alarmantes: el consumo de agua en mal estado provoca cada día la muerte de 3.900 niños a consecuencia de enfermedades diarreicas. Un goteo de muertes constante que sin embargo recibe muy poca cobertura mediática y pasa inadvertido para muchos."

En las regiones del sureste de España las propuestas oficiales de desarrollo económico requieren ingentes cantidades de agua. Las transformaciones del territorio que se nos avecinan van a suponer un incremento en su cunsumo proporcional a las nuevas infraestructuras y al número de habitantes.
Para muchos aquí el problema es cómo conseguir más agua. La necesitan para garantizar la construcción de nuevas urbanizaciones, megacomplejos que incluyen en su mayoría campos de golf, instalaciones deportivas, piscinas...casi ciudades; ciudades de usar y tirar, con ciudadanos de quita y pon, estacionales, normalmente viviendo ajenos a nada que no sea ese pequeño oasis a medida.
Para muchos en estas regiones no parece haber otra forma de dinamizar las economías locales que vender al mejor postor el territorio de todos como un paraiso de sol, golf y playas para unos pocos. Te dicen que la economía es así, y que no hay alternativa. Que tonto el último, y que los flujos de dinero crean riqueza, puestos de trabajo y desarrollo.

Yo creo que lo que hay son ganas de enriquecimiento a corto plazo y una ausencia alarmante de imaginación para buscar alternativas. No sé si por incompetencia, desisdia, afán de lucro o todas estas cosas juntas a la vez. El caso es que a los que dirigen el cotarro tenemos que exigirles una mayor amplitud de miras en el tiempo. Lo que hoy parece ser el no va más del desarrollo, va a acabar con nuestro patrimonio más preciado y con la posibilidad de que lo disfruten las generaciones venideras.
Como bien saben muchos millones de personas en este planeta, NO hay agua para todos.
Y además, el agua NO es solo para nosotros, los voraces seres humanos. Es soporte de otras vidas, ecosistemas...Tiene sus ciclos, y jugar con ellos, pensar que podemos modificarlos, alterar cauces, entubar acequias. Usar los ríos como meras conducciones...como si estuviéramos al margen de la vida que soportan y que nos conceden, es una irresponsabilidad con un coste inmenso.

Dice Araujo en su libro "Las edades del Agua":
"Ya que no podemos olvidarlo, bueno sería tenerlo todavía más presente: el agua fue sin duda el primer espejo, y desde entonces el narcisismo está ligado al agua. Pero cuando el agua quemada, negra y envenenada es incapaz de reflejar la imagen de cualquiera que a ella se asome, lo que está dando es la radiografía de la sociedad. De una colectividad que se considera autorizada a convertir el principio vital en el camino de la destrucción y de la muerte".

Agua, sí, pero por y para la vida.